El movimiento Scout mundial tiene, además de los elementos propios del escultismo, una muy apegada vida religiosa, pues su esencia de proteger la naturaleza, ayudar al prójimo, a ser generoso con quien lo necesite y ser un apoyo para la sociedad, dan sin duda esa orientación.
Es así como en su oración, la cual se hace cada momento que se reúnen, piden a Jesús, el hijo de Dios, que les dé la fuerza necesaria para enfrentar las heridas y para que su jornada no les agote para que les sea productiva; así mismo, realizar todas estas cosas sin esperar ningún tipo de recompensa.
Esto indica entre otras cosas, el alto nivel de desapego a lo material o trivial que puede a adquirir el joven que una vez ya promesado dentro de la tropa, hace vida entre los scouts, fortaleciendo su moral sin perjudicar a su semejante; haciéndolo más participe de la realidad que lo circunda.