El bingo fue creado en el siglo XVI, la mayor parte de los historiadores e investigadores coinciden en que se trata de un juego de origen italiano. Teniendo como antecesor el juego Il Gioco del Lotto d’Italia, el cual se popularizó con la unión de varios reinos de Italia en el año 1530. El juego Il Gioco del Lotto d’Italia tenía características muy parecidas al juego de bingo actual, consistía en 14 bolas numeradas, junto a cartones que tenían números aleatorios.
Expansión del bingo en Europa
Posteriormente, el juego comenzó a expandirse por Europa, llegando de esta manera a Francia, país en el que se empezó a llamar Le Lotto. Cabe destacar, era jugado solo por la aristocracia de la época.
Además fue cuando se establecieron las reglas básicas del juego, las cuales se mantienen en el presente. Incluso, durante esta etapa de la historia del juego, también se comenzó a utilizar con fines educativos. Alemania fue uno de los países que comenzó a utilizar el bingo con este enfoque.
Llegada del bingo a América
Alrededor del año 1929 el bingo hizo su entrada a América, específicamente a Estados Unidos, en donde se convirtió en una de las opciones favoritas de entretenimiento en ferias, festivales y fiestas. El juego comienza cuando una persona sacaba los discos con números de una caja y los jugadores debían marcar en sus tarjetas, lo hacían con ayuda de frijoles.
La persona que ganaba debía gritar beano, en relación a los frijoles o judías utilizados, por esta razón el juego era conocido como beano. Un punto interesante en esta etapa de la historia del bingo, está asociado con Edwin Lowe, quien era un juguetero y cautivado por el bingo cuando lo vio en una feria en Georgia, lo popularizó en Nueva York.
Se dice que Lowe quedó encantado por la simplicidad y diversión que caracterizaba al juego, una vez en Nueva York creó cartones similares y buscó alubias, invitando a sus amigos a divertirse.
Ahora bien, fue en una de las reuniones de amigos de Edwin Lowe, mientras se encontraban disfrutando del juego, que una persona ganó, pero en lugar de pronunciar Beano, dejándose llevar por la emoción dijo Bingo. A partir de allí el juego se comenzó a llamar bingo, manteniéndose vigente hasta la actualidad.
Por supuesto, cuando los jugadores fieles comenzaron a viajar a otros países de América, el bingo siguió expandiéndose, hasta llegar de esta manera, a adueñarse del mundo entero. No cabe duda, el bingo es de los juegos favoritos de miles personas hoy en día, jugadores de todas las edades disfrutan de su simplicidad y de sus premios, en distintos escenarios.
Lo mejor es que hay un gran número de opciones para jugar bingo, por ejemplo, es posible elegir la opción tradicional asistiendo a las casas de apuestas. Pero si se prefiere jugar desde la comodidad del hogar, solo es necesario ingresar al sitio web del operador de apuestas de preferencia, pero siempre haciendo uso de los códigos promocionales de casas de apuestas, estos pueden ser siempre una ayuda estupenda.